El gran protagonista del mercado de la ACB, Ricky Rubio, dejó claro que, tras dejar el Joventut rumbo al Barça en un polémico y cuantioso traspaso - con unos 3'7 'kilos' se convirtió en el fichaje más caro de la historia del basket español -, no quiere "remover el pasado" en el conflicto con la Penya, un proceso en el que "nunca pensé en el dinero", y aseguró que el Barça ha hecho un "gran equipo" que "aspira a todo".
El Palau espera ver al Barça en lo más alto tras el fichaje del base catalán, que viene de conquistar con España el oro en el Eurobasket. Ricky admitió que "el Barça ha hecho un gran equipo que aspira a todo", pero avisó de que la supuesta superioridad azulgrana "se ha de demostrar en la pista". "Los nombres y los grandes jugadores si no funcionan en la pista no sirven de nada", apuntó en declaraciones al programa de TV3 'Esport Club'.
La Penya, Villacampa y la NBA
Sobre el férreo contencioso que mantuvo con el Joventut, Ricky indicó que en todo momento actuó "de buena fe". "Hubo mal entendidos que generaron conflictos, pero no era tanto como se dio a entender", expuso. Y remarcó que durante el proceso "nunca he pensado en el dinero ni en traicionar a nadie". Tampoco quiso responder a Villacampa apuntando que "he dado mucho al club y el club también a mí, no hay que remover el pasado".
Rubio hizo caso omiso a los cantos de sirena que llegaron desde un Real Madrid que, de la mano de Florentino Pérez, también quería a su galáctico en la sección de baloncesto. "Creí que no era lo mejor para mí", argumentó el nuevo crack azulgrana. Y en lo referente al "sueño" de dar el salto a la NBA sabe que ahora "sólo" le toca pensar en el Barça y en "un futuro veremos si se puede cumplir".
martes, 29 de septiembre de 2009
El nuevo rol del alumno
Las TIC también cambian la posición del alumno que
debe enfrentarse, de la mano del profesor, a una nueva
forma de aprender, al uso de nuevos métodos y técnicas.
De la misma forma que los profesores, los alumnos deben
adaptarse a una nueva forma de entender la enseñanza y
el aprendizaje. El alumno, desde una posición más crítica
y autónoma, ya sea de forma individual o en grupo, debe
aprender a buscar la información, a procesarla, es decir,
seleccionarla, evaluarla y convertirla, en última instancia,
en conocimiento.
La capacidad del profesor va a ser determinante a la hora
de enseñar a los alumnos a aprovechar las ventajas de las
nuevas herramientas. Sin embargo, y aunque las investigaciones
sobre los efectos de las TIC en el aprendizaje
no son homogéneas, se han comprobado algunas ventajas
que, aunque de forma desigual, pueden favorecer el
aprendizaje:
• Aumento del interés por la materia estudiada.
• Mejora la capacidad para resolver problemas.
• Los alumnos aprenden a trabajar en grupo y a comunicar
sus ideas.
• Los alumnos adquieren mayor confi anza en sí mismos.
• Los alumnos incrementan su creatividad e imaginación.
Estas ventajas no tienen por qué afectar de la misma manera
a todos los alumnos. Se ha demostrado que el aprendizaje
con TIC es muy benefi cioso para los estudiantes
poco motivados o con habilidades bajas y medias. Con
estos alumnos se han conseguido muchos logros, no sólo
de resultados educativos sino también de integración escolar,
ya que la fl exibilidad de la nueva pedagogía permite
adaptarse a la capacidad y al ritmo de aprendizaje de
cada alumno.
Resultan muy curiosos los datos de un estudio realizado
por la editorial SM4 que revelan que los alumnos tienen
una actitud más crítica que los profesores hacia el aprendizaje
con TIC. Los alumnos únicamente consideran mejores
los nuevos métodos de aprendizaje por el mayor
interés que les infunden y porque facilitan las relaciones
con sus compañeros pero, en general, opinan que se
aprende menos que por los métodos tradicionales.
debe enfrentarse, de la mano del profesor, a una nueva
forma de aprender, al uso de nuevos métodos y técnicas.
De la misma forma que los profesores, los alumnos deben
adaptarse a una nueva forma de entender la enseñanza y
el aprendizaje. El alumno, desde una posición más crítica
y autónoma, ya sea de forma individual o en grupo, debe
aprender a buscar la información, a procesarla, es decir,
seleccionarla, evaluarla y convertirla, en última instancia,
en conocimiento.
La capacidad del profesor va a ser determinante a la hora
de enseñar a los alumnos a aprovechar las ventajas de las
nuevas herramientas. Sin embargo, y aunque las investigaciones
sobre los efectos de las TIC en el aprendizaje
no son homogéneas, se han comprobado algunas ventajas
que, aunque de forma desigual, pueden favorecer el
aprendizaje:
• Aumento del interés por la materia estudiada.
• Mejora la capacidad para resolver problemas.
• Los alumnos aprenden a trabajar en grupo y a comunicar
sus ideas.
• Los alumnos adquieren mayor confi anza en sí mismos.
• Los alumnos incrementan su creatividad e imaginación.
Estas ventajas no tienen por qué afectar de la misma manera
a todos los alumnos. Se ha demostrado que el aprendizaje
con TIC es muy benefi cioso para los estudiantes
poco motivados o con habilidades bajas y medias. Con
estos alumnos se han conseguido muchos logros, no sólo
de resultados educativos sino también de integración escolar,
ya que la fl exibilidad de la nueva pedagogía permite
adaptarse a la capacidad y al ritmo de aprendizaje de
cada alumno.
Resultan muy curiosos los datos de un estudio realizado
por la editorial SM4 que revelan que los alumnos tienen
una actitud más crítica que los profesores hacia el aprendizaje
con TIC. Los alumnos únicamente consideran mejores
los nuevos métodos de aprendizaje por el mayor
interés que les infunden y porque facilitan las relaciones
con sus compañeros pero, en general, opinan que se
aprende menos que por los métodos tradicionales.
El nuevo rol del profesor
En contra de lo que opinan algunos, la idea de que la tecnología
desplaza a los docentes está superada y, al contrario,
cada vez resulta más claro que la utilización de las
TIC depende en gran medida de la actitud que tenga el
docente hacia las mismas, de su creatividad y sobre todo
de su formación, tecnológica y pedagógica, que le debe
hacer sentirse bien enseñando a unos alumnos que casi
siempre se manejan en el ciberespacio con más soltura
que él. El papel del profesor no sólo no pierde importancia
sino que se amplía y se hace imprescindible.
Según un estudio experimental2 que analiza las actitudes
de los docentes de Educación Infantil y Primaria hacia
las TIC, prácticamente la mayoría de los docentes se
muestra favorable a las TIC y opina que su uso acabará
generalizándose entre los profesores. Se supone que esta
predisposición implica que comprenden la aportación de
las TIC a la mejora de la enseñanza. Sin embargo, un
estudio de la OCDE indica que la mayoría de los profesores
de los países de la OCDE3 tiene más de 40 años y
por ello la integración de las TIC en el aula va a suponer
un proceso bastante largo, ya que los profesores deben
adquirir la formación necesaria para adaptarse a las nuevas
herramientas.
Esta idea está muy ligada a la necesidad que tiene el docente
de formarse continuamente o de forma permanente,
como única vía para poder enfrentarse a las repercusiones
educativas de las innovaciones tecnológicas. En este
sentido adquieren mucho valor para el profesor los nuevos
canales de comunicación que le permiten relacionarse
con colegas que pueden ser del mismo centro o incluso
del extranjero, con los que puede compartir sus experiencias,
sus problemas y sobre todo “estar al día”.
La labor del profesor se hace más profesional, más creativa
y exigente. Su trabajo le va a exigir más esfuerzo
y dedicación. Ya no es un orador, un instructor que se
sabe la lección, ahora es un asesor, un orientador, un facilitador
o mediador que debe ser capaz de conocer la
capacidad de sus alumnos, de evaluar los recursos y los
materiales existentes o, en su caso, de crear los suyos
propios.
El nuevo profesor debe crear un entorno favorable al
aprendizaje, basado en el diálogo y la confi anza. En este
ambiente propicio, el docente debe actuar como un gestor
del conocimiento y orientar el aprendizaje, tanto a
nivel general de toda la clase, como a nivel individual
de cada alumno.
desplaza a los docentes está superada y, al contrario,
cada vez resulta más claro que la utilización de las
TIC depende en gran medida de la actitud que tenga el
docente hacia las mismas, de su creatividad y sobre todo
de su formación, tecnológica y pedagógica, que le debe
hacer sentirse bien enseñando a unos alumnos que casi
siempre se manejan en el ciberespacio con más soltura
que él. El papel del profesor no sólo no pierde importancia
sino que se amplía y se hace imprescindible.
Según un estudio experimental2 que analiza las actitudes
de los docentes de Educación Infantil y Primaria hacia
las TIC, prácticamente la mayoría de los docentes se
muestra favorable a las TIC y opina que su uso acabará
generalizándose entre los profesores. Se supone que esta
predisposición implica que comprenden la aportación de
las TIC a la mejora de la enseñanza. Sin embargo, un
estudio de la OCDE indica que la mayoría de los profesores
de los países de la OCDE3 tiene más de 40 años y
por ello la integración de las TIC en el aula va a suponer
un proceso bastante largo, ya que los profesores deben
adquirir la formación necesaria para adaptarse a las nuevas
herramientas.
Esta idea está muy ligada a la necesidad que tiene el docente
de formarse continuamente o de forma permanente,
como única vía para poder enfrentarse a las repercusiones
educativas de las innovaciones tecnológicas. En este
sentido adquieren mucho valor para el profesor los nuevos
canales de comunicación que le permiten relacionarse
con colegas que pueden ser del mismo centro o incluso
del extranjero, con los que puede compartir sus experiencias,
sus problemas y sobre todo “estar al día”.
La labor del profesor se hace más profesional, más creativa
y exigente. Su trabajo le va a exigir más esfuerzo
y dedicación. Ya no es un orador, un instructor que se
sabe la lección, ahora es un asesor, un orientador, un facilitador
o mediador que debe ser capaz de conocer la
capacidad de sus alumnos, de evaluar los recursos y los
materiales existentes o, en su caso, de crear los suyos
propios.
El nuevo profesor debe crear un entorno favorable al
aprendizaje, basado en el diálogo y la confi anza. En este
ambiente propicio, el docente debe actuar como un gestor
del conocimiento y orientar el aprendizaje, tanto a
nivel general de toda la clase, como a nivel individual
de cada alumno.
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